Desde que Alan Deyermond, entre los años 70 y 80 del siglo pasado , consiguiera vencer toda reticencia académica para que la obra de Leonor López de Córdoba pasase de ser una delicada rareza literaria a ser introducida con pleno derecho en el canon de la literatura hispánica medieval , la investigación sobre la autora nacida en Calatayud, aunque cordobesa de adopción, y sobre sus afamadas Memorias (BETA texid 3650) , ha alcanzado mucha notoriedad en la comunidad académica, como lo prueban las más recientes recopilaciones bibliográficas sobre ambos temas . La mayoría de estas aportaciones se ha centrado en el análisis estilístico, literario y sociohistórico de su obra , pues es de todo punto lógico que las primeras memorias de sesgo autobiográfico escritas en castellano acaparen el interés de gran parte de la investigación académica en lo que respecta a la disciplina filológica, puesto que el hito que representan, no solo por su lugar pionero, sino también [190] por ser de autoría femenina , es difícilmente rebatible y, por supuesto, la razón última que hace de las Memorias un texto de extraordinario atractivo para las líneas de investigación mencionadas .